La inteligencia emocional para los pequeños de la casa

Seguro que temes pronunciar alguna de estas frases: . 

Puede sorprendernos como niños que en edades tempranas se muestren maduros y responsables, pero al alcanzar una determinada edad se convierten en "mr Hide".

Nuestros pequeños al adentrarse en la adolescencia pierden interés por los estudios, se dejan llevar por amigo/as y acaban teniendo problemas de conducta, en situaciones conflictivas, etc. 

Nuestra experiencia nos ha llevado a identificar que en la mayoría de los casos, estos comportamientos tienen origen en una inadecuada educación emocional en la infancia.  

Trabajar la autoestima, proporciona a ese niño/a las herramientas adecuadas para tomar decisiones de forma autónoma.

Con nuestra metodología te acompañaremos en el desarrollo de la inteligencia emocional de ese niño/a, no está lo suficientemente desarrollada, por lo que le resultará muy difícil afrontar los retos que la vida le va lanzando. 

¿Qué es la inteligencia emocional?

Hasta hace muy poco, nuestro sistema educativo equiparaba el éxito escolar con obtener buenas notas y aprender a comportarse dentro de unas normas establecidas. Que crea seres capaces de memorizar información y datos. Este sistema crea personas faltos de las herramientas sociales para relacionarse adecuadamente, para ser autónomo, interiorizar sus éxitos y superando los fracasos

Daniel Goleman, psicólogo, periodista estadounidense, y creador del libro: Emotional Intelligence (Inteligencia Emocional) introduce el concepto de Inteligencia emocional. 

Y lo define como la ”capacidad para reconocer sentimientos propios y ajenos, y la habilidad para manejarlos”. Una evolución o aplicación extensiva de la empatía.

Goleman estima que la inteligencia emocional se puede organizar en cinco capacidades: 

  1. La autoconciencia, o la habilidad para reconocer y entender nuestras emociones, estado de ánimo e impulso, así como el efecto que estos tienen en los demás. 
  2. El autocontrol emocional o autorregulación, capacidad que nos permite no negar nuestros sentimientos, reconocer que son pasajeros y no dejarnos llevar por ellos hasta convertirlos en una crisis emocional que perdura.
  3. La automotivación, que nos permite dirigir las emociones hacia un objetivo, manteniéndonos motivado/as y con la mira fija en las metas en lugar de en los obstáculos. 
  4. La empatía, o la capacidad de ponernos en la piel de la otra persona y percibir sus emociones.
     
  5. Las habilidades sociales y comunicativas, o ser capaz de interactuar adecuadamente con las personas en nuestro entorno, expresando sentimientos, actitudes, deseos, opiniones o derechos de una forma adecuada a la situación, respetando esas conductas en los demás.   

Ese cambio, es el que postulaba Daniel Goleman. Este cambio ya se había propuesto con anterioridad Adele Faber y Elaine Mazlish,  siendo la base del método Cómo hablar a tus hijos 

Desarrollar la fluidez de la comunicación en nuestras relaciones con los más pequeños, la gestión de las expectativas y las decepciones. El establecimiento de límites relacionales y comunicativos…

Faber y Mazlish también nos hablaban de cómo obtener cooperación…

Cómo fomentar la autonomía…

Cómo permitir que cometan errores… 

Y cómo enseñarles a gestionar sus fracasos…

Ellas ya hablaban de las consecuencias de la dependencia de niños/as que carecen competencias emocionales. 

Y son ellas las que recalcaban que, “cuando la gente se encuentra en una posición de dependencia, junto con una pequeña dosis de gratitud, por lo común, también experimenta sentimientos de impotencia, de falta de mérito, de resentimiento, de frustración y de cólera”. 

Posiblemente, las emociones básicas que llevaron al hijo de Mar a adoptar el comportamiento que tanto sorprendía y entristecía a su madre. 

Y, por eso, aunque el concepto de Inteligencia Emocional suele acreditarse a Daniel Goleman, a mí me gusta recordar la importante labor de estas dos autoras norteamericanas. 

La educación emocional que ellas proponen sienta la base para que padres y docentes ayudemos a los niño/as en nuestras vidas a escuchar… 

A manifestar y gestionar emociones propias y ajenas…

A tomar decisiones acertadas… 

A ser empáticos… 

Asertivos… 

Autosuficientes…

A saber relacionarse… 

Y a tener éxito en la vida, tanto en su vida profesional, como en su vida personal y social.

¿Cómo trabajar la inteligencia emocional en los niños?

Haciendo, precisamente, lo que sugería Mar, al principio de este artículo. 

Trabajar junto/as. 

Trabajar de manera trasversal. 

En la escuela y en casa.

Para el/la profesor/a, incorporando aspectos emocionales en cualquier materia mientras está explicando otros conceptos.

En forma de charlas… 

Debates… 

Juegos grupales…

Actividades específicas, etc. 

De manera que se genere el contexto adecuado para que los niños comprendan y comuniquen sus propios sentimientos y emociones.

Para los padres, es importante ayudar al niño/a a tener un conocimiento pleno sobre sí mismo. 

A conocer tanto sus virtudes como sus debilidades para que adquiera confianza en sí mismo y tenga una mayor capacidad autocrítica. 

Tanto en la escuela como en casa, la meta del adulto/a tendría que ser ayudar al niño/a a reconocer su emoción. 

A ponerle nombre. 

A entenderla. 

Y, a empatizar. 

Se pueden realizar muchos ejercicios con ello/as para introducirlos en el conocimiento de las emociones básicas: alegría, tristeza, miedo y rabia. 

Utiliza fotografías o dibujos de rostros, y pregúntales qué creen que sucede en la imagen… 

¿Qué emociones identifican? 

¿Por qué?  

Este tipo de ejercicios, y muchos otros disponibles actualmente en todo tipo de formatos, te ayudarán a fomentar la inteligencia emocional en tus hijo/as y/o alumno/as. 

Con esta poderosa herramienta emocional, el niño/a podrá: 


No olvides que, muchos psicólogos, pedagogos, maestros y profesores consideran que gran parte de los problemas que presentan los adolescentes están vinculados a la gestión de los sentimientos y la emociones, es decir, de la educación emocional.

De hecho, se ha demostrado que, trabajando la Inteligencia Emocional en las escuelas, aumenta el bienestar de los alumnos y se reducen los conflictos escolares. 

¿Te gustaría poder incorporar actividades que fomenten el desarrollo de la Inteligencia Emocional en tus aulas?

¿En tu hogar? ¿En tu profesión? ¿Quieres posicionarte como referente en el trabajo con familias y niños, niñas y adolescentes?

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Formación continua, el camino hacia el éxito

Estamos en un mundo que cambia de manera vertiginosa, donde los avances tanto laboral como de ocio, nos hacen tener que estar en permanente alerta para no quedarnos obsoletos. Los libros ya no se leen únicamente en papel, si salimos de viaje compramos los billetes por internet, y nos guiamos por la calle gracias al navegador del móvil. Si esto sucede de manera habitual en el ámbito social, en el laboral también se producen cambios de forma rapidísima.

Como consecuencia, ya no es suficiente con una formación que nos habilite para trabajar, ya que una vez establecidos, debemos continuar actualizando y profundizando los conocimientos que poseemos.

No estamos hablando únicamente de puestos de alto nivel de informática, sino de cualquier tipo de trabajo y sector.

En la logística, los repartidores deben controlar el navegador para no perderse en sus rutas (algo ya imprescindible) a la vez que envía su situación al control de flota, el operario de una fábrica debe aprender el manejo de las máquinas más modernas, el electricista debe conocer el montaje de paneles solares, el administrativo debe manejar la última versión de Office… Nadie puede quedarse atrás.

Es un hecho indiscutible que los trabajadores deben, debemos, estar en permanente aprendizaje. Aumentar nuestros conocimientos hará que seamos más eficientes, que trabajemos mejor y aumente nuestra autoestima.

Es algo que beneficia también a la empresa, ya que cuanto más cualificados estemos los trabajadores, nuestra competencia profesional aumentará, se incrementará nuestra productividad y cometeremos menos errores.

Las empresas demandarán en los próximos años profesionales flexibles, transversales y que sepan anticiparse a los nuevos empleos.

Decía Charles Darwin: “Las especies que sobreviven no son las más fuertes, ni las más rápidas, ni las más inteligentes; sino aquellas que se adaptan mejor al cambio”.

Más aún cuando el 85% de los trabajos que existirán en 2030 no se han inventado todavía.

Existen en la actualidad diferentes formas para un buen proceso de reciclaje laboral y desarrollo de los conocimientos. Los podemos hacer a voluntad particular o bien a nivel empresarial. La oferta es muy variada, pudiendo elegir cursos en centros privados, bonificados para trabajadores en activo, subvencionados por los distintos organismos e instituciones, confeccionados a medida para las empresas, másteres profesionales, etc.

Beneficios de la formación continua

Entre los beneficios que podemos obtener de la formación continua están:

Si bien en los beneficios de la formación continua estamos todos de acuerdo, lamentablemente la rutina, el trabajo, la familia, y nuestro día a día en general hace que no lo llevemos a la práctica con tanta frecuencia como debemos. Pero recordemos que el mundo sigue avanzando. Es responsabilidad nuestra reciclarnos ya que el mundo no se detiene. Cada uno de nosotros tenemos que tomar la decisión de subir al tren o dejarlo pasar.

Métodos de aprendizaje

Cuando hablamos de educación, pensamos en el futuro de los más pequeños de la casa, en su formación académica y en que podemos hacer para facilitar un poco la manera de adquirir sus conocimientos, de esta misma manera piensas los docentes como ayudar a sus alumnos a ser mejores en su proceso de aprendizaje, por eso Centro de Estudios Althea trae para ti este post sobre los métodos y estrategias de aprendizaje, que se deben usar para mejorar el rendimiento académico y para que la adquisición de conocimientos sea de manera más atractiva y didácticas para todos.

Entre los métodos y estrategias de aprendizaje, encontramos los métodos que son un conjunto de acciones formativas que se llevan a cabo con el objetivo de alcanzar la enseñanza y aprendizaje  de determinados contenidos, podemos decir que hay diversos métodos, cada uno con objetivos diferentes, sin embargo, estos suelen ser combinados en ocasiones para conseguir un mejor resultado en cuanto a desarrollar capacidades y habilidades de acuerdo a un plan de estudio determinado. Algunos de los métodos más usados serían los que se basan en desarrollo de competencias y las que se basan en proyectos.

Se basa en un conjunto de actividades y técnicas que se deben planificar de acuerdo a las necesidades que presente un grupo de estudiantes en general, no obstante en ella también se deben plantear objetivos y metas que alcanzar, la finalidad es hacer una estrategia didáctica para lograr un aprendizaje más efectivo. Entre los tipos de métodos y estrategias de aprendizajes tenemos los siguientes ejemplos; estrategias de apoyo, desarrollada para motivar y lograr la concentración y atención de los alumnos, las de ensayo, consiste en realizar una repetición de los antes visto en clase con la finalidad de refrescar el aprendizaje, estas pueden ser oral o escritas, las de comprensión y las de organización, entre otras.

Podemos decir que los métodos y estrategias de aprendizajes, aunque diferente buscas un mismo objetivo que es lograr que los alumnos obtengan la mayor adquisición de conocimientos, habilidades y competencias para mejorar su nivel académico.

Método Robinson

Este método también denominado técnica EPL2R, es un medio de aprendizaje, una técnica bastante popular usados en diversos ámbitos educativos de todo el mundo, el método Robinson se divide en 5 fases.

Fases:

Es uno de los métodos y estrategias de aprendizajes más completos y con grandes beneficios.

Otros métodos son:

Son usadas diferentes estrategias metodológicas, con las que se puede llevar a cabo una buena formación en el desarrollo de los conocimientos de enseñanza-aprendizaje para los alumnos.

Otras estrategias serian:

Podemos decir que tantos los métodos como las estrategias didácticas, son los mejores recursos para la adquisición del aprendizaje, por más que haberlos de métodos y estrategias de aprendizajes y en que se basan y se fundamentas, de nada sirve si las enseñamos y no las ponemos en prácticas con los alumnos, por lo que no sería mala idea que se impelente como un aparte general de los sistemas educativos.